Lucile Notin-Bourdeau
Lucile siente una atracción insólita por el dibujo, actividad que le atrapa durante horas y horas (al día puede realizar entre 50 y 200). El dibujo no sólo es una pasión, también le sirve para transmitir sus sentimientos, sus miedos, sus preguntas, sus pensamientos y sus emociones.
Consigue así expresarse de una manera que no consigue de forma verbal, como sería su deseo. Llega a los demás por un camino que le lleva primero a abrir un diálogo consigo misma, con su vida, soñada o vivida, para reconocer sucesos, pensamientos y emociones que va trasladando de forma espontánea al papel.
El dibujo le permite reconocer a las personas que le rodean, comunicarse con ellas, porque son las figuras humanas su centro de atención, las protagonistas indiscutibles de toda su obra. Figuras individuales, enlazadas o fundidas a otras – en una suerte de muñecas rusas- duermen, lloran, se enfadan o se funden en amorosos abrazos.
Formas esenciales, sin adornos, ejecutadas mediante un trazo firme y delicado.
Diversas exposiciones individuales y colectivas han mostrado sus dibujos desde 2012 y su obra tiene presencia destacada en Le MUZ (Museo de niños en la red).
Lucile ha colaborado con otros artistas: En 2012 sus dibujos fueron utilizados por Thierry Alcaraz para la puesta en escena del espectáculo Iolande, y uno de ellos fue elegido para el cartel de la obra Un peu de brume de Sara Veyron. Desde mayo de 2013, inspiran la realización de un cuento.
Los dibujos de Lucile están editados en dos volúmenes con el título «Dans la vie de mon rêve«. Su trabajo ha tenido reflejo en prensa y televisión.