DIA INTERNACIONAL DEL AUTISMO

DIA INTERNACIONAL DEL AUTISMO

María Jesús Sanjuán Anadón

Presidenta de TEAdir-Aragón

«Algo ocurre entonces. La niña sin voz ya no está sola.

El mundo que se acerca a ella no le violenta, no le demanda,

no le arranca. Ha encontrado a alguien que ha entendido 

que, aún sin saber por qué, eso que ella hace importa.

Sus ojos se abren al mundo.»

“Encuentro”. Album ilustrado sobre autismo

Sámar Ahmad y Gracia Viscasillas

Reivindicar el Día Internacional del Autismo es reivindicar la posición que las familias esperamos de la sociedad. Es reivindicar la posición de nuestros familiares en una civilización que deja poco espacio a la singularidad y a la diferencia que no acierta a descifrar. Y si el autismo se caracteriza por algo es, justamente, por lo indescifrable, por el enigma que supone para el resto acertar a averiguar las reglas de juego con las que se sostienen las personas con autismo.

Igualmente, las personas con autismo hacen un esfuerzo enorme por pertenecer a un mundo que tampoco consiguen descifrar. Nos encontramos entonces, ambas posturas, en callejones sin salida, optando ambos en muchas ocasiones por la retirada del esfuerzo ingente del que no se obtiene recompensa.

Pero quizás existen otros modos y maneras de entrelazar nuestros caminos. Modos sencillos, modos en los que ninguna de las partes se fuerza, en los que ambos lados de la ecuación se compensan sin violentarse.

Ese modo sutil, cuidadoso, silencioso… aparece en «ENCUENTRO». Este cuento breve, aparentemente sencillo, ha conseguido mostrar la magia que se produce cuando dos seres humanos deciden importarse el uno al otro, deciden apostar el uno por el otro sin temores. El encuentro de las dos niñas protagonistas (la niña silenciosa: el autismo, y la niña con voz: la sociedad), se da porque la niña con voz decide insistir en buscar nuevas maneras de estar con su otra igual, y la niña silenciosa le permite lograrlo porque ha entendido que quién se acerca a ella no quiere arrancarla de su mundo a empujones: al revés, quiere estar con ella tal y como ella es. La niña sin voz ha entendido que ella importa.

La sociedad tiene que ser consciente de que el autismo no puede anular al ser humano que siempre ha estado ahí. Detrás de esos movimientos que nos sorprenden, detrás de ese lenguaje desestructurado, detrás de ese envoltorio, ahí justamente se encuentra el individuo que estábamos buscando. Lo que ocurre es que no acertábamos a buscarlo bien. La persona autista no desea estar aislada, sólo se protege ante lo desconocido, como hacemos todos. Y el mundo para ella es el gran desconocido.

Por todo ello, no dejemos nunca de buscar a la persona noble, sensible y amorosa que se encuentra refugiada en esa gran burbuja que con tanto ahínco ha construido.  Demostrémosles como sociedad que pueden ir abriendo rendijas en su burbuja, sin temor, que vamos a darles sus tiempos y que vamos a buscar las formas de encontrarnos teniendo muy en cuenta las pistas que nos dan. Crezcamos nosotros como sociedad, asumamos el reto de abrir la mirada hacia el autismo.